domingo, 31 de octubre de 2010

El Chakra del Corazón o Centro Cardíaco

Hoy hablaremos del centro de los afectos: el chackra del corazón. Su nombre en sánscrito es Anahatha, que significa "sin abatir, fresco, puro, sin aflicción". Se encuentra situado en la zona del corazón y su color es el verde y/o el rosa.

Físicamente, se corresponde con el corazón y los pulmones, las manos y los brazos; la columna dorsal alta (omóplatos, clavículas, esternón, costillas) y la glándula timo.

Si los tres primeros centros (bajo, lumbo-sacro y medio) estaban relacionados con el “yo”, a partir del cuarto chackra empezamos a desarrollar la conciencia y el sentido del “nosotros”. Así, en el centro del corazón se encuentran las energías “que bajan de arriba” y las que “suben de abajo”, con lo que este charkra se convierte ciertamente un punto medio, clave para que las energías más mundanas alcancen un carácter altruista y para que las energías más espirituales se materialicen en la tierra.

Desde el punto de vista emocional/mental, el centro cardíaco es el centro del amor, los anhelos y las esperanzas. Se relaciona así con la vida afectiva, es decir, con lo que sentimos por las personas que nos rodean. Este chakra rige, por lo tanto, nuestra vida relacional, la conexión con los demás a través del dar y recibir.

En una clase en la que trabajamos este centro, fijamos nuestra atención principalmente en el movimiento de la parte alta de la espalda (el torax), y el uso de los brazos y de las palmas de las manos, con una atención especialmente focalizada en la respiración.

 

domingo, 24 de octubre de 2010

Educa-TE

La capacidad para ser padre o, más en general, ser educador, no es algo con lo que se nace, sino algo que se aprende. Y se aprende con paciencia, firmeza y persistencia, educándonos primero de todo a nosotros mismos y, sobre todo, aprendiendo a “ver” y a escuchar al otro por encima de todo lo demás ... Enseñar con compresión y tolerancia, fluyendo con el momento y el ritmo de quien tenemos delante, aceptándole tal como es, con sus necesidades y sus motivaciones, y respetándole hasta el punto de no intentar imponer nuestra forma de pensar, es una odisea bastante extraordinaria... Estamos en un mundo donde se nos enseña a competir por ser el mejor, y casi todos nosotros, más o menos conscientemente, intentamos imponer nuestra razón a los demás. Es como si a través de su aceptación, nos validamos: "yo soy si tú me reconoces". ¿Será que no nos amamos lo suficiente? La inseguridad llevada al extremo de la imposición. Así no vamos bien. Esto no es educación, es miedo.

Sólo podemos enseñar lo que sabemos y es imposible transmitir lo que no hemos entendido (no solo con la cabeza, sino con todo nuestro ser). “Mirarse el ombligo y reconocer las propias faltas” no es fácil, pero es la única manera de convertirnos en educadores de verdad. Transmitimos a nuestros hijos y a los demás lo que somos, así que ¿porque no empezar a trabajar para que surja la mejor versión de nosotros mismos? Tener razón e imponernos no nos hará más poderosos. Nos hará más dictadores. Y el verdadero poder radica en la humildad, en el silencio y en la escucha, no en la sumisión de los demás.

Así que aprendamos a amarnos, solo así seremos capaces de amar y respetar a los demás. Ayudemos a que quienes queremos se conviertan en personas, no en robots.  Ahí os dejo una charla de Ken Robinson sobre la creatividad en las escuelas, extraordinaria...Qué paséis un buen domingo.

sábado, 23 de octubre de 2010

El Centro Medio

Hoy hablaremos del tercero de nuestros chakras, el Centro Medio. Se encuentra situado entre el ombligo y la boca del estomago (la zona conocida como Plexo Solar) y su color es el amarillo. Su nombre en sánscrito es Manipura, que significa "ciudad de joyas". Se le representa como un loto de diez pétalos (parece un sol).

Se trata del centro donde localizamos nuestro poder personal, nuestra voluntad, el sentido del control y la fuerza que nos impulsa a actuar.

A este centro le corresponden, desde el punto de vista físico, los órganos del sistema digestivo y los que se encargan de limpiar nuestro organismo: hígado, páncreas, vesícula.

El centro medio es el representante de nuestras emociones: todo lo que hay a nuestro alrededor supone un estímulo que nos lleva a sentir una emoción, de forma que nuestra consciencia percibe a través de dichas emociones todo lo que pasa en nuestro mundo. Pero la vida emocional tiene una particularidad: el hecho de que es polar: al interpretar nuestra realidad solemos basarnos en un criterio subjetivo de me gusta/no me gusta, me safisface/no me satisface, guapo/feo, bueno/malo... De esta manera, cada emoción produce en nosotros una movilización de energía que altera el equilibrio de nuestro cuerpo y éste tratará de reestablecerlo "descargando” dicha energía mediante la expresión de la emoción: llorando, riendo, gritando ...

Pero, ¿qué sucede con esa energía cuando no expresamos los que sentimos? ... Controlar las emociones ante ciertas circunstancias está bien. Lo que no es aconsejable es reprimirlas. De esta forma, cada vez que decidimos no expresar una emoción, si más tarde podemos darle la vuelta a la situación y descargarla de algún modo (bailando, corriendo, nadando, ...) esa energía no quedará en el cuerpo. Sin embargo, si no encontramos una forma de dar salida a esa energía, si no la liberamos, pasará a ser el orígen de nuestros males físicos y/o psíquicos.

En una clase en la que trabajamos el centro medio, fijamos nuestra atención en el movimiento de la parte alta del abdomen, entre el esternón y el ombligo, una zona blanda muy sensible a las emociones ...

 

jueves, 14 de octubre de 2010

Programas Con Conciencia: Bricolatge Emocional

"La Felicidad es encontrar tu lugar en el Mundo"
"Valiente es que aquel que, aún muerto de miedo, se sube al caballo"

Para quien no pudo verlo el sábado pasado por la noche en TV3, aquí tenéis el capítulo "La Felicitat" del programa Bricolatge Emocional.


El resto de capítulos los podéis ver también en la web del programa, haciendo click aquí. La verdad es que ninguno tiene desperdicio...

lunes, 11 de octubre de 2010

El Centro Lumbo Sacro

El segundo chakra, Swadhistana (en sánscrito) o centro lumbo sacro nace en la columna lumbar y se abre por encima del pubis. El naranja es su color característico.

Si el centro bajo es el representante del cuerpo orgánico, el centro lumbo sacro es el del cuerpo energético. Es el centro distribuidor de la energía y el encargado de su circulación. Está relacionado con los instintos, que son las funciones que mantienen la vida y la salud. Uno de los instintos principales es el sexual pero el centro lumbo sacro representa igualmente el empuje, la pasión y la alegría. Es pues, el centro del movimiento. Al promover la correcta distribución de la energía, el lumbo sacro nos hace sentir bien, nos da alegría, sensualidad, deseos de vivir y de conectar con el mundo que nos rodea.

Comprende la región lumbar de la columna vertebral, la parte inferior del abdomen desde el ombligo hacia abajo, abarcando así los órganos sexuales, las caderas, la pelvis, los cuádriceps, abductores, la parte anterior de las piernas y de los pies. Cuando la energía se estanca en alguna de estas zonas pueden aparecer las lumbalgias, hernias de disco, ciática, problemas en los meniscos internos o pies planos. Igualmente, desde el punto de vista emocional, un estancamiento energético nos lleva a dificultades en la sensualidad, en la capacidad de disfrutar de las cosas de la vida, de manera que solo podemos contactar con los aspectos negativos de la vida. Así pues un “buen” centro lumbo sacro nos permitirá estar en contacto con la felicidad y la alegría de vivir.

¿Como nos movemos en la clase este centro? Pues moviendo las caderas. Si queremos un buen ejemplo de típico movimiento de este centro no hay más que mirar a los brasileños mover sus caderas y observar la cara de felicidad que muestran. Los movimientos pueden ser rápidos o lentos apoyándose en músicas cadenciosas.

domingo, 3 de octubre de 2010

El Centro Bajo

Durante unas cuantas semanas vamos a ir escribiendo un poquito sobre cada uno de los siete chakras: donde están localizados, que órganos del cuerpo les corresponden, cuales son sus principales manifestaciones emocionales y/o mentales; y como movemos la energía de cada centro en las clases.

Hoy hablaremos del primer chakra, el centro base o Muladhara (en sánscrito), que significa literalmente raíz. Se encuentra localizado en la base de la columna vertebral, entre el ano y los genitales, y se le asigna el color rojo fuerte. Se simboliza como una flor de cuatro pétalos que se abre hacía abajo, desde la altura del perineo hacia la tierra.

A este centro le corresponden, desde el punto de vista orgánico, la base de la columna, las piernas, los pies, las nalgas, y el sistema inmunitario. Esto significa que cualquier bloqueo o funcionamiento disarmónico de este chakra puede dar lugar a una dolencia física en cualquiera de dichos órganos (por ejemplo, ciática, varices, dolor en la parte baja de la espalda o un resfriado). De la misma forma, trabajando a través del movimiento la energía de este chakra, cualquier dolencia física que se tenga en dichos órganos mejorará.

Desde el punto de vista emocional/mental, su tema principal es la supervivencia: el deseo de vivir y la seguridad de que vamos a ser capaces de proveernos de todo aquello que necesitamos para subsistir, nuestro soporte y la parte más primitiva de nosotros mismos. La energía de este chakra también está relacionada con lo tribal, esto es, con la sensación de pertenencia a la familia y a la comunidad, las creencias que heredamos de ellos, y cual es el significado interno que le damos a cualidades como la lealtad, el honor y la justicia. Al igual que ocurría con lo físico, trabajando a través del movimiento la energía de este centro potenciamos la alegría de vivir, la seguridad en nosotros mismos y la maravillosa sensación de pertenecer y estar unidos al grupo. Un centro base acorazado nos hará débiles, autoritarios, posesivos y egoistas; con miedo al daño físico y a la muerte, y temerosos del rechazo y el abandono. Por el contrario, si mantenemos este centro en armonía mostraremos seguridad, autoafirmación y capacidad de poner limites sin agresividad.

En una clase en la que trabajamos el centro base intentamos generar la energía desde las plantas de los pies, danzando al estilo tribal con el objetivo de fortalecer las piernas, y a su vez buscando movimientos que impliquen al tronco y los brazos, fomentando el contacto con el grupo a fin de expresar los aspectos que encierra la energía de este centro. A ratitos podemos parecer una tribu que danza alrededor del fuego...

Si os apetece indagar un poco más sobre los chakras, podéis echar un ojo al libro Anatomía del Espiritu de Carolyn Myss: es fácil de leer y sumamente interesante...