miércoles, 22 de junio de 2011

Algunas Reflexiones Sobre la Meditación

Se habla mucho de la meditación y de sus beneficios pero a veces en nuestra cultura, focalizada en la consecución de objetivos concretos (y rápidos a ser posible) nos conduce a interpretar la meditación como una actividad más a incorporar en nuestra agenda para "conseguir" algo. Cuántos no hemos oido que  meditar es conseguir parar la mente y ahí nos lanzamos, a "esforzarnos" en parar la mente, un esfuerzo grande y normalmente inútil o frustrante.

No podemos provocar la meditación ni proponernos objetivos como en cualquier otra actividad mental o física. La meditación "sucede" con paciencia y perseverancia. Con receptividad abierta y aceptación plena ante todo lo que aparece en nuestra consciencia sin juzgar ni rechazar nada. Cuando permitimos que la mente se aquiete, ésta se va silenciando de manera natural.

Pero incluso permitir que la mente se aquiete puede resultar difícil. Para ello se requiere aquietar el cuerpo, de manera que la mente se aburre y acaba por aquietarse también. De ahí, la importancia de mantener una postura adecuada (podemos sentarnos en la posición de loto, o en una silla o sofa tocando con los pies en el suelo; lo importante es tener la espalda recta y estar cómodos) y la respiración. Y paciencia, paciencia y paciencia. El cuerpo se resistirá, también nuestros pensamientos se rebelarán contra la quietud pero perseverando suavemente, habrá un momento en que la meditación surgirá porque siempre ha estado ahí.

Existen diferentes "técnicas" de meditación que nos pueden ayudar a encontrar la mejor manera de familiarizarnos con la meditación pero no debemos olvidar que son sólo eso técnicas y que lo esencial es el estado de meditación. Ásí que experimenta por tí mismo! y no te contentes con lo que los demás digamos pues lo importante es la propia vivencia. Investiga, observa y persevera suavemente...

Recomendamos: Un buen libro: "Silencio Interior". Ensayo sobre Meditación. Emilio J. Gomez.

lunes, 20 de junio de 2011

Ejercicios para el Centro Coronario

Este centro simboliza la “antena” que nos comunica con lo que está por encima de nuestra persona y representa nuestro cuerpo espiritual o alma. Se le simboliza como una flor violeta de mil pétalos ubicada en el vértice de la cabeza y una llama dorada en el medio de la flor.

El mejor entrenamiento de este centro, es la práctica de la meditación, pero siempre es preferible desbloquear primero todos los centros para facilitar el flujo de la energía. Podemos realizar movimientos que nos ayuden a aflojar sobretodo el centro laríngeo para estar más abiertos a conectar con nuestro Yo superior. Conviene después, hacer dos o tres asanas de relajación, como la cobra o la torsión acostado.

Con el cuerpo ya preparado, nos sentamos en padmasana o en una postura similar y seguimos el siguiente esquema:

Primero, llevar la atención con la respiración al punto medio de la cabeza.

A continuación, subir al Centro Frontal usando las técnicas explicadas en el post sobre ejercicios para el Centro Frontal.

Finalmente, subir al Centro Coronario y :

1- Llevar la mirada lo más alto posible para visualizar este centro como si fuera un agujero en lo alto de la cabeza.
2-Visualizar una flor violeta de mil pétalos tapando este agujero (servirá de filtro para que sólo entren energías de alto número de vibraciones).
3-Visualizar en el medio de esta flor una llama dorada de 5 a 10 cm de altura.
4- Poco a poco esta llama se va alargando hasta que llegue al techo y lo sobrepase, subiendo hacia el cielo azul. Con la punta de la llama sube nuestra conciencia.
5- Frente a mí, visualizo lo que para mí simboliza lo Superior (un Maestro, mi Yo Superior, una luz, etc).
6- Puedo hacerle preguntas y esperar las respuestas sin fabricarlas desde el intelecto. Si no las recibo, tendré confianza en que me llegarán pronto.
7- Pondré las manos sobre mi Centro Cardíaco y visualizaré que la llama dorada empieza a bajar desde mi cabeza pasando por mi cuello hasta mi corazón bajo mis manos. Agradeceré la meditación realizada y terminaré bajando mis manos hasta mis rodillas colocándolas con las palmas hacia adelante. Frente a mí visualizo a un ser querido y le entrego la energía que sale por mis palmas, para que la use en su beneficio. Me convierto así en un canal de energía.

miércoles, 15 de junio de 2011

Ejercicios para el Centro Frontal

A este centro lo llamamos “el observador” porque desde aquí podemos observar sin juzgar, lo que pasa en nuestro interior o en el exterior. Además es el centro director puesto que en la base del cráneo se encuentran los centros nerviosos de todas las actividades de la persona, en lo orgánico, somático, emocional, relacional y mental. También desde allí podemos dirigir la energía de nuestro cuerpo cuando hacemos asanas o cuando estamos en meditación.

El trabajo del centro frontal permite el desarrollo de las actividades superiores de la mente como la intuición, la telepatía, la inspiración y la creatividad.

La forma de ejercitar el centro frontal en nuestra gimnasia, es empezar practicando asanas de todos los centros, todas las que hemos descrito en cada centro nos pueden servir. Estas posturas colocan la columna en posiciones articulares óptimas para la circulación de energía.

Una vez preparado el cuerpo, nos quedamos sentados en padmasana u otras posturas semejantes para iniciar la meditación. Centraremos la atención mediante la respiración en el punto medio de la cabeza y luego mandaremos la respiración y el calor a la frente. Hay tres actitudes que permiten ubicarnos bien en el Centro Frontal (podemos hacer las tres o una de ellas:

1) mirar el entrecejo con los ojos cerrados (poniendo los ojos bizcos).
2) Mandar la respiración y la energía a la frente visualizándola de color azul (sale por la frente una llama azul).
3) Cantar el OM para que resuene en la frente (podemos cantarlo 7, 14, o 21 veces, usando la misma nota o variándola y bajando el volumen hacia el final).

Después nos mantenemos en silencio un largo rato.

viernes, 3 de junio de 2011

El Cuerpo Habla

Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica. Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet (La Vanguardia, LaContra)

"CADA ÓRGANO DAÑADO RESPONDE A UN SENTIMIENTO"

¿El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy di#7;ferente.

Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.