Este centro simboliza la “antena” que nos comunica con lo que está por encima de nuestra persona y representa nuestro cuerpo espiritual o alma. Se le simboliza como una flor violeta de mil pétalos ubicada en el vértice de la cabeza y una llama dorada en el medio de la flor.
El mejor entrenamiento de este centro, es la práctica de la meditación, pero siempre es preferible desbloquear primero todos los centros para facilitar el flujo de la energía. Podemos realizar movimientos que nos ayuden a aflojar sobretodo el centro laríngeo para estar más abiertos a conectar con nuestro Yo superior. Conviene después, hacer dos o tres asanas de relajación, como la cobra o la torsión acostado.
Con el cuerpo ya preparado, nos sentamos en padmasana o en una postura similar y seguimos el siguiente esquema:
Primero, llevar la atención con la respiración al punto medio de la cabeza.
A continuación, subir al Centro Frontal usando las técnicas explicadas en el post sobre ejercicios para el Centro Frontal.
Finalmente, subir al Centro Coronario y :
1- Llevar la mirada lo más alto posible para visualizar este centro como si fuera un agujero en lo alto de la cabeza.
2-Visualizar una flor violeta de mil pétalos tapando este agujero (servirá de filtro para que sólo entren energías de alto número de vibraciones).
3-Visualizar en el medio de esta flor una llama dorada de 5 a 10 cm de altura.
4- Poco a poco esta llama se va alargando hasta que llegue al techo y lo sobrepase, subiendo hacia el cielo azul. Con la punta de la llama sube nuestra conciencia.
5- Frente a mí, visualizo lo que para mí simboliza lo Superior (un Maestro, mi Yo Superior, una luz, etc).
6- Puedo hacerle preguntas y esperar las respuestas sin fabricarlas desde el intelecto. Si no las recibo, tendré confianza en que me llegarán pronto.
7- Pondré las manos sobre mi Centro Cardíaco y visualizaré que la llama dorada empieza a bajar desde mi cabeza pasando por mi cuello hasta mi corazón bajo mis manos. Agradeceré la meditación realizada y terminaré bajando mis manos hasta mis rodillas colocándolas con las palmas hacia adelante. Frente a mí visualizo a un ser querido y le entrego la energía que sale por mis palmas, para que la use en su beneficio. Me convierto así en un canal de energía.
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